Estos lugares de la Patagonia Argentina constituyen la entrada al extraordinario mundo de las ballenas, que cada año llegan a la Península de Valdez para realizar su eterno rito de apareamiento.
Por lo general, las ballenas del sur de Argentino son conocidas como la Ballena Franca Austral, un mamíferos perfectamente adaptados a la vida marina que pertenece a la especie de cetáceos y, dentro de este grupo, a las especies de mysticetos, que son los que no tienen dientes.
La Ballena Franca Austral se diferencia del resto de las ballenas por no tener el surco ventral y la aleta en su espalda, y además por el tamaño de sus cabezas, donde se destaca el maxilar largo y angosto ocupa casi una cuarta parte de su cuerpo. Otra característica típica de esta especie de ballena es el hecho de que al expulsar el aire un chorro de agua en forma de V que se puede ver desde muchos kilómetros de distancia.
La Ballena Franca Austral fue declarada monumento natural, y hoy en día existen cerca de 7.000 especímenes que habitan en los mares del hemisferio sur, en agua tibia y pre-antárticas. Cada año, entre mayo y diciembre, cerca de 600 ejemplares de la Ballena Franca Austral llegan al Golfo Nuevo y Golfo San José, para aparearse.